Visita al museo del agua de Alicante – Hospital Casaverde Mutxamel

administrador 8 de agosto de 2016 0 Comentarios

Aprovechando la salida semanal que todos los viernes realizamos los pacientes del Hospital Casaverde de Mutxamel acompañados por varias terapeutas ocupacionales, realizamos una visita guiada al Museo del Agua de Alicante, lugar poco publicitado y casi desconocido para muchos alicantinos.

Se encuentra en un pintoresco y típico lugar a las faldas del Monte Benacantil, bajo el Castillo de Santa Bárbara y su peculiar “Cara del Moro”. Enclavado en pleno Barrio de Santa Cruz, barrio de estrechas calles, la mayoría de ellas accesibles solamente a pie, con ventanas de coloridos tiestos con flores variadas: geranios, claveles, rosas…

La visita es una visita guiada: el guía nos recoge en la Plaza del Ayuntamiento y desde allí iniciamos la subida a pie, parándonos en algunas placitas en las que había fuentes de las que los alicantinos recogían el agua cuando la canalización era inexistente tal y como hoy la conocemos.

De siempre han tenido claro los alicantinos que el agua era un bien escaso, pues llovía (y llueve) poco y el agua del mar no es apta para el consumo humano.

Por ello, en la época musulmana se construyeron unos aljibes para recoger el agua de la lluvia. Estos aljibes se conocían popularmente como los Pozos de Garrigós. Estos aljibes dejaron de utilizarse en 1.898, fecha en la que se empezó a traer el agua desde la localidad de Sax.

El agua de lluvia era recogida en estos aljibes subterráneos que estaban comunicados entre sí. Tenían en su parte alta, ya que estaban cerrados, una especie de salida de pozo desde la que los alicantinos recogían el agua. Una vez inutilizados estos aljibes por la llegada del agua canalizada, los moradores del Barrio de Santa Cruz los utilizaban en verano como lugares de reunión y charla por la buena temperatura que había en su interior, varios grados inferiores a la temperatura exterior.

Cosas y casos curiosos de la Historia de Alicante que muchos alicantinos y alicantinas desconocen.

Rafael Gómez-Sanguino Romero