El blog de nuestros pacientes “80 años, dos ictus y un año de recuperación”

administrador 19 de julio de 2016 0 Comentarios

Cuando llegué al hospital Casaverde de Mutxamel desde el hospital tras dos ictus, el personal del centro tenía que asistirme en todas mis actividades de la vida diaria, ya que yo no podía hacer nada por mí mismo.

Por ejemplo, me tenían que llevar al aseo, sacarme a pasear, usar una grúa para trasladarme porque no apoyaba… Recuerdo que hasta vinieron dos meses mis hijos desde Alemania porque mi pronóstico era muy malo: me auguraban lo peor.

Desde entonces he ido mejorando poco a poco, y estoy pendiente de volver a casa y recibir el alta. He avanzado una barbaridad en mi recuperación, y vuelvo a casa dando mis pasos, sabiendo afeitarme, ayudando lo que puedo en el vestido y muchas cosas más. Aunque aún no manejo bien mi mano derecha, voy usándola cada día más y mejor, e incluso me atrevo a manejar el tenedor con ella a la hora de comer. A la hora de desayunar uso ambas manos, y los días que me cuesta un poco más usar mi mano derecha para comer, uso la izquierda para manejar la cuchara o el tenedor  y me ayudo con mi mano derecha empujando la comida con un cuchillo.

Es cierto que me cuesta un poco más manejarme con la silla, y aunque veo compañeros que ya pueden conducirla con más rapidez y soltura que yo, poco a poco me voy haciendo con ella, aunque sea a mi ritmo. Tampoco es que pueda  ir muy deprisa, pero poco me importa, porque cada día soy capaz de hacerlo mejor.

Pronto marchare a mi casa en Torrevieja  y la reestrenaré, ya que hemos hecho obras para adaptarla a mis necesidades. ¡Incluso tengo mi propia grúa nueva! Así, con la ayuda de mi mujer, podré seguir haciendo todo lo que he reaprendido a hacer. A mis 80 años las cosas no son iguales que a los 20 o a los 40, y el proceso de recuperación va despacio, pero por ello no dejo de avanzar y de esforzarme en mis terapias.

Tras el ictus tengo grandes planes para cuando vuelva a casa, y disfrutaré de mi mujer y mis hijos al máximo. Ahora veo la vida de otra forma, y pienso aprovecharla en su plenitud.