Moisés Monroy: del arte del jamón a la recuperación tras un ictus

marketing 19 de noviembre de 2025 0 Comments

Moisés Monroy, de 46 años, no solo vive del jamón ibérico, sino que lo siente como una verdadera pasión. Su historia comenzó en el mundo de la hostelería, donde se interesó por el arte del corte de jamón. Su talento y dedicación le llevaron a eventos importantes, incluso para la Casa Real, y el año pasado fue reconocido por la Asociación Nacional de Cortadores de Jamón (ANCJ) como Maestro Cortador de Jamón, el máximo honor en España para los profesionales de este arte.

Sin embargo, el 12 de marzo de este año su vida dio un giro inesperado. Mientras organizaba el Campeonato de España de Corte de Jamón en Badajoz, sufrió un ictus hemorrágico que le cambió la vida. “Llevaba un mes muy intenso de trabajo, de estrés, casi sin dormir… unos días antes el cuerpo ya me había dado algún aviso, algún mareo… pero no hice caso”, recuerda Moisés.

El ictus afectó una zona muy profunda del cerebro, impidiendo la cirugía inmediata. Tras la reabsorción de la hemorragia, Moisés enfrentó las secuelas físicas y cognitivas con determinación. “A veces los médicos son muy bruscos, me dijeron que me podía quedar en silla de ruedas de por vida. Para mí fue un impulso: ‘eso ya lo veremos’”, recuerda.

 

La rehabilitación y el poder de un equipo humano

 

Tras recibir el alta hospitalaria, Moisés inició su rehabilitación en Casaverde Mérida, donde permaneció hasta junio, y luego continuó en la Clínica Casaverde Ambulatoria de Badajoz. Allí trabajó con un equipo multidisciplinar que le ayudó a recuperar movilidad, equilibrio, fuerza y habilidades cognitivas. “Llegué bastante mal, física y psíquicamente, pero tenía claro mi objetivo: soltar la silla de ruedas, el andador, el bastón… y gracias a un equipo maravilloso lo conseguimos”, afirma.

Hoy sigue trabajando en su recuperación desde casa. Aunque todavía enfrenta limitaciones en la fuerza y sensibilidad de su lado izquierdo, ha vuelto a cortar jamón en su tienda, aunque a un ritmo más pausado. “Mi tienda sigue, y yo voy a seguir cortando jamón, porque se ha convertido en parte de mi terapia”, explica.

 

Mirando hacia el futuro con pasión

Moisés no se detiene. Además de continuar su recuperación, ya prepara proyectos para enseñar el arte del corte de jamón y la cultura de los ibéricos. “Es que no sé hacer otra cosa”, dice con ilusión.

El apoyo de su familia ha sido clave en su proceso. “Mi mujer, Merche, no ha faltado ni un solo día. Mi familia y amigos me han dado tanto apoyo que mi objetivo desde el principio fue no ser una carga para ellos”, reconoce.

Moisés también lanza un mensaje a la sociedad y a las administraciones: la importancia de contar con más centros de rehabilitación neurológica accesibles y de brindar paciencia y apoyo a los pacientes y sus familias. “Si no, depende de la capacidad económica de cada uno, y eso es triste”, subraya.

Su historia es un ejemplo de resiliencia, pasión y recuperación. Moisés Monroy sigue demostrando que, incluso tras un ictus, la determinación y el apoyo adecuado pueden devolver la esperanza y la fuerza para perseguir aquello que amamos.